"LOS PACIENTES DEL DOCTOR GARCÍA", DE ALMUDENA GRANDES

Sé que llevo varias entradas dedicadas a los libros que leo, en las que hago la misma reflexión que se resume en lo siguiente: libro gordo, algo sobra. Y no sé si es por mí o es realmente por el libro, tal vez sea lo primero. Me pasa esto cada vez y, sin embargo, vuelvo como si fuera una droga a caer y siento una especial atracción por los relatos voluminosos; es como una especie de reto personal, de que pese a que la densidad y la sucesión de páginas presumen una larga travesía de horas de lectura, una vez más lo voy a superar, y la lectura no va a poder conmigo, voy a vencer yo.

En este libro de Almudena Grandes me ha vuelto a pasar, sé que puede ser un poco obsesivo, pero muchos pasajes del libro son directamente superfluos, omisibles.

La otra cuestión que también me abruma de los libros gordos es el exceso de personajes, que si no lees el libro de corrido, sino que lo haces a ratos y a veces te tiras días o semanas sin tocar papel, pues te pierdes un poco, y puede resultar un poco trabajoso ir hacia atrás para tomar datos (es lo que pasa con los libros, por fortuna, que no son como las telenovelas que te pierdes veinte episodios y no te has perdido nada porque todo sigue igual).

Pero en este caso la profusión de personajes tiene una causa bien justificada y que me merece total indulgencia para con su autora. Y es que Almudena Grandes construye una novela de ficción sobre hechos reales y personajes reales, y no quiere dejarse a nadie, o mejor expresado, quiere que los personajes investigados y estudiados, tengan su presencia más o menos relevante en la novela, y se ha ilustrado ampliamente.

El relato que se fundamenta en unas historias personales que recorren casi medio siglo, tiene un trasfondo histórico de enorme trascendencia, como es el papel de la España franquista tras la 2ª Guerra Mundial, asumiendo el rol de refugio de nazis. Esta historia, de la que yo conocía detalles muy leves, por no decir que era bastante desconocida para mí, es tremendamente significativa para entender cómo se conformó el mundo en el período de posguerra.

No obstante, vayamos por partes, los dos personajes principales y sus adyacentes son de ficción, pero sobre ellos interactúan una pléyade de personajes reales, y estos últimos, en un buen porcentaje, bastante despreciables desde el punto de vista humano.

Uno de ellos es el doctor García, el que forma parte del título del libro, su nombre es Guillermo García Medina, republicano, y que está al pie del cañón en la Guerra Civil salvando vidas y poniendo en riesgo la suya.

El otro es Manuel Arroyo Benítez, también republicano, un hombre hecho a sí mismo, de extracción humilde y rural, se convierte en diplomático con muy corta edad.

Ambos se conocerán en la Guerra Civil, ambos se salvarán la vida mutuamente, y ambos correrán un futuro distinto pero con paralelas coincidencias. Ambos son perdedores en la Guerra Civil y se verán obligados a abandonar sus identidades para ser otras personas.

Desde ese punto de partida se van a entrelazar las vidas de los protagonistas, sus familias, los personajes reales, así como parte de la historia de España y del período de posguerra en buena medida del mundo occidental. También, y no es baladí, las historias paralelas de otros personajes cuya identidad es «suplantada» por nuestros protagonistas.

La trama poco a poco viene a centrarse en un episodio sorprendente de la historia de España. Una serie de personajes secundarios y no tan secundarios del Imperio nazi fueron aterrizando en nuestro país, al amparo de una dictadura tan peculiarísima como la que teníamos; era una isla en medio de una Europa occidental que vivía mirando a Estados Unidos como referente político y económico.

Lo que subyace en la novela es que el inicial interés de la potencia estadounidense y de sus aliados por aislar, presionar y derrocar a la postre a Franco, se tornó en una especie de dejar hacer. A este respecto resulta interesante subrayar que en la lectura de la historia de la 2ª Guerra Mundial, el mundo occidental soslayó el papel de los soviéticos, y en nuestra opinión pública subyace que quien ganó esta Guerra fue Estados Unidos y sus aliados, cuando es importante recordar que fueron los soviéticos los que entraron y liberaron Berlín y con ello la Gran Guerra concluyó.

En esta tesitura, Estados Unidos terminará considerando que le venía mejor tener una España controlada por una dictadura de derechas que se mantendría impermeable ante todas las potencias, pero especialmente ante el bloque comunista que era mucho más peligroso para el mundo occidental, dada la posición estratégica de nuestro país.

Y así el doctor García y Manuel Arroyo se dedicaron a su manera, en un esfuerzo vano por pasar información acerca de todos los nazis que utilizaron España como refugio o como nave nodriza de la que iban saliendo hacia otros puntos del mundo, fundamentalmente hacia Hispanoamérica.

Ambos avanzan en sus misiones, mientras que sus vidas se van construyendo de una forma pacífica; García en España y en su nuevo horizonte profesional fuera del mundo médico, aunque clandestinamente seguía haciendo sus pinitos; y Arroyo en Argentina controlando el destino de muchos nazis que se naturalizaron allí, mientras se dedicaba oficialmente a ser profesor de idiomas. De algún modo, sus vidas siguen avanzando paralelas, ambos con la convicción de que a medida que se sucedían los años sus misiones cada vez tendrán menor sentido. Al final volverán a encontrarse.

Tal vez la única parte irreal de la novela es que García, aun con su nueva identidad, y siendo un personaje público, cambiara de identidad y no fuera reconocido por nadie, pero bueno, esto es una ficción y hay que echarle un poco de imaginación.

Una gran historia que es un buen testimonio de una historia real que debiéramos conocer más para entender cómo se configuró, incluso hoy, el mundo en que vivimos.

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