SALVADOR CAÑELLAS, CON ÉL Y CON OTROS POCOS, EMPEZÓ TODO EN EL MOTOCICLISMO ESPAÑOL

Salvador Cañellas con su Bultaco TSS 125
Puestos a aficionarse a cualquier deporte en este país, el éxito del mismo va a depender, no nos engañemos, del seguimiento que se haga en la televisión y, salvo el fútbol, no precisamente en cualquier televisión, sino en la televisión en abierto. Es decir, que basta que cualquier deporte pase de emitirse en abierto a ser de pago para que pierda drásticamente el interés de un porcentaje muy respetable de los aficionados españoles.

Algo así le está pasando a la Fórmula 1 donde un Fernando Alonso lastrado por una mala elección de escuderías o sepa Dios, otros españoles que siguen sin explotar, a lo que se suma el aburrimiento supino de los grandes premios en los que no pasa nada de nada más allá del cambio de neumáticos, ahora encima le han clavado la puntilla de que te tienes que ir a los canales de pago o a verlo en Internet si quieres «disfrutar» de dos horas de rollo.

El motociclismo ha vendido y sigue vendiendo mucho en España, la lista de motociclistas es interminable, pero el interés ha decrecido porque ya ha pasado a ser de pago y las brutales retransmisiones que hacía Televisión Española y después las televisiones privadas (en abierto), que las tenías tan cerca como tu mando a distancia, ya no son accesibles a todo el mundo, y esto termina por no vender, algo que tendrán que analizar los que venden los derechos de televisión, porque en definitiva, el deporte vende si la gente lo sigue.

Pues eso, que motociclistas en España hemos tenido y seguimos teniendo muchos y muy buenos. Y el otro día, en el exitoso espacio televisivo «Mi casa es la tuya» que lleva Bertín Osborne, este tenía oportunidad de entrevistar a Ángel Nieto, un mito viviente del deporte de nuestro país; y nuestro grandísimo campeón recordaba que su legado sigue recordándose y perdura, precisamente porque ha seguido habiendo éxitos y otros motoristas han seguido su estela, aunque cabe recordar que no han llegado a las cifras de él, que fue un pionero, y que se concretan en esos 12 + 1 campeonatos del mundo en diversas categorías.

No obstante, fue un pionero, aunque creo que es justo recordar el hecho de que no se habla tanto, o en realidad nada, de los que precedieron o acompañaron a Ángel Nieto. De hecho, el personaje que traigo hoy a colación tiene el enorme mérito y privilegio de haber sido el primer español en ganar un gran premio en un campeonato del mundo, se trata de Salvador Cañellas, dato que seguramente desconocen la mayoría de los aficionados a este deporte.

Aunque fue coetáneo de Nieto, Cañellas es tres años más mayor y el 5 de mayo de 1968 (apenas llevaba yo un par de semanas en este mundo, ya ha llovido algo) este tarraconense se impuso en la carrera de 125 c.c., precisamente en el Gran Premio de España, que se celebraba en el que era por aquel entonces circuito urbano de Montjuic, que es también otro silencioso mito material del deporte español. La moto que pilotaba ese día era una Bultaco TSS 125.

Por aquel entonces convivían cuatro cilindradas y, de hecho, hasta hace veinticinco años no sólo había cuatro grandes premios, sino que hasta se integraban en los fines de semana del motor, las carreras de sidecar, de las que he hablado en una ocasión en este blog, una modalidad muy espectacular y con escaso predicamento en nuestro país.

Las crónicas de la época, curiosamente no ven la victoria de Cañellas como un hito, sino como algo hasta cierto punto normal, algo que tarde o temprano iba a llegar. Y es que ya eran unos cuantos españoles los que competían hace cincuenta años, y nuestras marcas de motos también hacían ya sus pinitos y ofrecían una imaginativa competencia a los trasatlánticos japoneses (competencia que hoy casi se ha perdido, pues el dinero y la tecnología están en el país nipón, de donde salen las mejores motocicletas de competición). Ahí estaban Derbi, Ossa o Bultaco que en los 60 y sobre todo los 70 del pasado siglo llevaban la voz cantante en las cilindradas más livianas.

Pero, como refiero, el triunfo de Salvador Cañellas formó parte de una progresión natural, pues ya hacía tiempo que competían otros pioneros, de forma más o menos esporádica, y no se puede decir que fueran unos locos, sino que hace cincuenta años ya se consolidaba la enorme tradición del motociclismo en España, así podemos citar a Manuel Varea, José María Mañer, Benjamín Grau, Francisco Giró, Carlos Cufí, Pedro Álvarez, Juan Bordons, Rocamora, Blanch...

La memoria de los españoles es muy corta, me temo que lo es especialmente difusa cuando se trata de logros del deporte ajenos al fútbol; el ejemplo de este deporte es muy significativo y, sin embargo, pese a la gran afición que seguimos teniendo, si las televisiones de pago no nos la socavan, no he visto que los medios de comunicación, ni los actuales ni aquellos derivados de las pretéritas y monumentales retransmisiones de TVE, hayan ofrecido el digno homenaje a Salvador Cañellas ni a todos esos pioneros.

Es justo decir que la mayoría de esos primeros motoristas eran catalanes, de hecho, Ángel Nieto (zamorano de nacimiento y madrileño de adopción) fue la excepción. Hoy día los pilotos siguen siendo mayoritariamente catalanes, aunque también y en menor medida baleares y valencianos, y curiosamente conozco a un par de chavales del sur que intentan hacerse hueco en el motociclismo y todo lo que no sea la costa levantina o Cataluña es casi como encontrar una aguja en un pajar, por lo que generalmente fuera de esas zonas tienes que gastarte mucho dinero y ser muy bueno para medio triunfar.

No quiero pensar que a Cañellas y a otros de su época se les ha denostado por el hecho de ser catalanes, y es que en este país nuestro tan puñetero, nos hemos acostumbrado a tener cierta animadversión hacia Cataluña, cuando realmente las personas están por encima de todo eso; todo este mal rollo lo generan los políticos que con su boina bien calada no hacen más que reivindicar unos regionalismos que cuando sales de tu país, te das cuenta de que no sirven para nada; por eso yo siempre me reivindico en que no soy más linarense-bailenense, andaluz o español, que ciudadano del mundo.

Y a todo esto, Salvador Cañellas fue un todoterreno en el término literal del término, fiel a lo que sucede en el mundo del motor que los pilotos lo pueden ser de motos y a la vez, en una especie de metamorfosis, de coches o camiones, este célebre personaje también fue piloto de sidecar, rallys y camiones y, de algún modo, su hijo, a la sazón Salvador Cañellas Jr., también siguió su estela en el mundo del motor.

En fin, recuerdos que de vez en cuando hay que sacar de los desvanes del pensamiento, de aquellas épocas esforzadas del motociclismo, donde había más músculo y habilidad y menos tecnología, y donde había un riesgo más que evidente, riesgo que hoy sigue presente, pues no hay más que rememorar el reciente fallecimiento de Luis Salom. Una época romántica donde, por ejemplo, imperaba el italiano Giacomo Agostini, que tiene el mayor número de campeonatos del mundo de la historia (15), cifra difícil de superar porque antes los pilotos acostumbraban a pilotar en un par de cilindradas y ahora no, los pilotos sólo centran la estrategia en una sola moto.

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