LA MUERTE DEL SELLO DENTADO EN ESPAÑA, A GOLPE DE «FRANQUEO PAGADO»

Sí, lo vengo percibiendo desde hace tiempo, tal vez mucho tiempo, el sello dentado y la filatelia están heridos de muerte; ni desde la institución de Correos, que se denomina oficialmente Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, S.A., ni desde la Comisión Filatélica del Estado (la que se encarga, entre otros detalles, de proponer los motivos que han de aparecer en las emisiones de sellos cada año), ni especialmente por la Subdirección de Filatelia de Correos que se supone que debe velar más directamente por esta manifestación cultural y artística, son capaces de promover que la filatelia no ya que crezca, sino que por lo menos se mantenga, en los niveles mínimos y casi indecentes que tiene en la actualidad.

Es más a estas alturas, pienso que el pobre Modesto Fraguas, a la sazón Subdirector de Filatelia, será un mindundi sin capacidad alguna de decisión, porque el sello muere y uno no ve que este haga nada por él. Cero promociones, cero difusiones, escasa presencia en el tráfico postal, precios abusivos...

El problema es de base, aunque ya ocurría antes de, lo cierto es que la privatización de Correos, visible desde más o menos finales del siglo XX, y aunque la participación del Estado sea mayoritaria, no deja de ser una privatización, que más allá del concepto es el espíritu de dotar a una empresa de sistemas de gestión privados, ya no es tanto el servicio público y sí esas manidas palabras justificativas, en muchos casos, de estrategias de negocio opresoras (con los trabajadores), tales como eficiencia, eficacia, agilización, competitividad, etc.

Yo soy coleccionista de sellos y quiero ver sellos dentados, las comunicaciones postales han perdido ese carácter personal que tenían antes, a esto han contribuido las nuevas tecnologías no lo voy a poner en duda, y han quedado más para las comunicaciones entre organismos públicos, empresas, los particulares ya se cartean poco. De tal manera que ver un sello dentado en una carta es raro; todavía hasta hace unos años Correos tenía unas pegatinas con el valor postal (etiquetas EPELSA) que prácticamente también han desaparecido, y ahora lo que prevalece es un sellado de máquina, realizado normalmente en las propias oficinas que señala «Franqueo pagado».

Curiosamente en mi trabajo, en una Administración, abro el correo diariamente y la presencia de sellos dentados está por debajo del 2%, siendo algo exagerado; en cuanto al correo personal que recibo en mi domicilio ese porcentaje quizá suba algo, hasta el 5%, así quién quiere coleccionar sellos, qué niño se puede ilusionar al ver los sellos en el correo que cada día se reciben en su buzón. A la vista está que el perfil de los aficionados a la filatelia en España y los que tienen un negocio, cada vez menos, nos define como un hombre, mujeres hay pocas, de avanzada edad y con un nivel cultural por encima de la media; ¿jóvenes?, muy pocos.

A la postre esos coleccionistas españoles van muriendo y dejan en herencia sus sellos a familiares que piensan en hacer negocio con esos sellos. Recibo de vez en vez algún correo electrónico en el que algún joven ha recibido esta herencia y me pide que le tase la colección. El problema, ya lo he comentado en alguna ocasión, no es tanto la valoración, sino el poder venderlos, porque casi no hay mercado, por eso recomiendo a la persona que se quede con ellos, como la mejor forma de dignificar al ascendiente que se lo legó, y que no creo que estuviera entre sus prioridades desembarazarse de sus joyitas para sacarle rentabilidad, no, porque uno colecciona por gusto y no para especular.

Por cierto que en otros países no pasa esto, en Alemania u Holanda, la filatelia es muy respetada, sus servicios postales cuidan con mimo a estas personas, y en los centros comerciales (hipermercados), hay secciones dedicadas al coleccionismo. Aquí en España sería impensable ver en Alcampo o Carrefour estantes dedicados a vender colecciones de sellos.

Dicho esto, yo mantengo la costumbre, que se está convirtiendo en rara tal y como está el panorama, de seguir pegándole sellos dentados a mis cartas personales, y tengo sellos de varios años atrás; como la tarifa va cambiando pues iba manteniendo hasta ahora sellos de la serie básica de poco valor, entre uno y cuatro céntimos, para complementar esas subidas y llegar a lo que vale hoy una carta ordinaria de formato normal, treinta y siete céntimos. Antes acudía a Correos o estancos y podía comprar fácilmente esos sellos de escaso valor, ahora ya resulta imposible.

De hecho, estuve en la oficina central de Correos en Jaén hace unas semanas, donde algunas veces me habían proporcionado pliegos completos, y un señor que casi no me miró a la cara, será por aquello de la eficiencia, me dijo que ahí no tenían de eso, es decir, que en Correos no tenían sellos, por muy pequeño que fuera su valor.

Esta vez me decidí y escribí un correo electrónico al Servicio de atención al cliente de Correos, señalándole en suma que dónde puedo encontrar sellos dentados de escasa cuantía, y me contestan de esta manera tan gráfica:

Le informamos que, actualmente, no es precisa la utilización de ningún tipo de sellos como signo de franqueo. Para la admisión sus envíos, sólo tiene que entregarlos en la Oficina Postal, donde nuestros empleados les pondrán una estampación mecánica en la que se indica el importe de la tarifa correspondiente.

Si usted dispone de sellos de años anteriores con un valor inferior al preciso para el franqueo actual, puede seguir usándolos, acudiendo a cualquiera de nuestras Oficinas para que, allí, le completen de forma mecánica el franqueo que le falta.

Con la eliminación de las estampillas, hemos conseguido agilizar el acceso de nuestros clientes a los servicios que ofrece nuestra empresa.

Reciba un cordial saludo.


Vamos que si esta no es la sentencia de muerte del sello dentado que venga Dios y lo vea, pues esta empresa se enorgullece en decir que la eliminación de la estampillas ha contribuido a agilizar bla, bla, bla. Es decir, que los sellos dentados molestan, tipos como yo molestan, y este es el más claro signo de que hay una evidente intención, dirigida y planificada, de cargarse el sello dentado.

Por otro lado digo que «me contestan» porque no hay cosa que más me supere que la impersonalidad de las grandes empresas. Si yo hago mi consulta en Internet con mi nombre y apellidos, digo donde vivo y hasta el nombre de mi perro, ¿por qué el que me contesta no me dice su nombre y se ampara en «el equipo de atención al cliente», que así fue como me respondieron?

En fin, Correos tiene esta estrategia, que además coincide con la escasa o nula atención que tiene la filatelia en las oficinas postales (salvo que el funcionario de turno sea también coleccionista y ese es otro cantar), en las que los que estamos en el meollo sabemos que tienen sellos dentados pero no les dan vida, porque eso no agiliza.

Cuando he estado en alguna presentación de algún sello que tenía un motivo provincial, los gerifaltes provinciales de Correos, no estaban más que para la foto, si les hablabas de promoción de la filatelia te miraban como un bicho raro y seguían adorando a su Mesías, el dinero y el mandamás que venía de Madrid con el nuevo maná y un nuevo catecismo de la gestión de este servicio.

Y para colmo, como el sello no puede morir, aunque a la filatelia y el coleccionismo de sellos terminen por asfixiarlo, a los que somos abonados del Servicio Filatélico Nacional nos obsequian con unas series carísimas que no tienen utilidad real en el tráfico postal, amén de que los motivos son muy erráticos y los diseños así así; y cuya única intención es hacer caja, aunque al final les va a salir el tiro por la culata, porque mucha gente amante de este arte, está decidiendo darse de baja del Servicio por lo abusivo.

Así está el asunto y el que no quiera verlo que mire para otro sitio, aunque lo peor de todo es que el que tiene que velar por esto es el principal interesado en enterrarlo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hay países que se ganan un dinerito para el estado haciendo unos sellos o monedas estupendos, a un precio asequible. Pero estamos en España, donde para ahorrar costes se tira a la gente a la calle o se les hace trabajar como esclavos. Y así nos va. Enhorabuena por tus artículos. Un saludo.
José Cortés ha dicho que…
Tienes toda la razón. Esto mismo que tú plasmas lo vengo yo diciendo hace mucho tiempo. Se están cargando el mundo filatélico español. Dejo esta dirección www.sellosficcion.es donde expongo mis propios sellos de ficción que yo realizo, mucha gente ajena a este mundillo y ve estos sellos les encanta, cuento mas si los sellos dentados llegasen en las cartas.

Saludos, José Cortés desde Madrid
Anónimo ha dicho que…
Yo encontré este blog casi por casualidad y me alegró saber que quedamos restos de coleccionistas que como tú no hemos perdido la ilusión. A pesar del ataque de Correos hacia nosotros. Pero casi he perdido la ilusión por coleccionar sabiendo que no va a quererlo mis hijas. Gracias y sigue así. Un saludo de José Manuel desde Córdoba que voy a la Plaza Mayor de Madrid a menudo para ver y seguir comprando sellos aparte de los que me envía el Servicio Filatélico de Correos.
feragupos ha dicho que…
Curioso leer esto.
Hace cerca de ¡¡veinticinco años!! me sorprendió el comentario de un Director Provincial de Correos al decirme que cómo me dedicaba a la Filatelia si era una afición condenada a la desaparición. Me pareció un poco pesimista, pero ahora estoy comprobando que llevaba mucha razón. Las emisiones de Correos están empezando a parecerse a un circo o a un gabinete de curiosidades (lo digo en tanto su temática, tamaño, formas, soporte, etc.). Es cierto que la evolución de las relaciones personales está llevando a la desaparición del sello como tal por su inutilidad, pero por lo menos debía conservarse un poco de dignidad como hacen otros países de nuestro ámbito.
Un cordial saludo